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Cooperación económica: China-América Latina y el Caribe ante “la Franja y la Ruta”

Cooperación económica: China-América Latina y el Caribe ante “la Franja y la Ruta” 1IntroducciónEn los últimos años, la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe se ha desarrollado rápidamente, pero al mismo tiempo hay muchos problemas y desafíos que traen incertidumbre para la cooperación futura. En 2018, China invitó oficialmente a los países latinoamericanos a unirse voluntariamente a la iniciativa “la Franja y la Ruta”, considerando la región como una extensión natural de “la Ruta Marítima de la Seda”. Esto ha abierto una nueva era de cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe. En este artículo se analizan en primer lugar la situación y los problemas actuales de la cooperación económica y comercial entre China y la región, y sobre esta base, se analiza cómo resolver estos problemas y promover el desarrollo sostenible de la cooperación en el contexto de “la Franja y la Ruta”.2América Latina y el Caribe: un nuevo miembro de “la Franja y la Ruta”En septiembre y octubre de 2013, durante sus visitas a Kazajistán e Indonesia, el presidente chino Xi Jinping propuso las grandes iniciativas de construcción de “la Franja Económica de la Ruta de la Seda” y “la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI”. Desde entonces, “La Franja y la Ruta” ha estado en el punto de mira de la comunidad internacional y ha atraído la atención. En consonancia con “la comunidad de destino de la humanidad” propuesta por China en 2012, la Franja y la Ruta hace hincapié en el concepto de intereses comunes globales y desarrollo sostenible, y aboga por el desarrollo y el progreso comunes de todos los países del mundo, al tiempo que se esfuerza por hacer realidad el sueño chino de la gran revitalización de la nación china. En los últimos siete años, la iniciativa de la Franja y la Ruta se ha convertido en el principal asidero de la apertura de China al exterior en la nueva era, y también se está convirtiendo en un plan chino para participar en la cooperación mundial, promover un nuevo tipo de relaciones internacionales, mejorar el sistema de gobernanza económica mundial, promover la prosperidad y el desarrollo mundial, y promover la construcción de la comunidad de destino de la humanidad. A principios de 2021, 171 países y organizaciones internacionales habían firmado 205 documentos de cooperación con China para encajar sus estrategias de desarrollo y planes de crecimiento con la iniciativa de la Franja y la Ruta, con proyectos de cooperación relacionados que ascienden a cientos de miles de millones de dólares. En la actualidad, la iniciativa de la Franja y la Ruta se ha convertido en un importante programa y modelo de cooperación internacional en el mundo, y es plenamente reconocida y apoyada por las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales y muchos países.América Latina y el Caribe siempre ha sido un objetivo importante de la cooperación exterior de China. El hecho de que la región sea la más alejada geográficamente del país asiático no ha impedido los intercambios entre los pueblos chino y latinoamericano desde la antigüedad, y en el siglo XXI se han reforzado los intercambios gubernamentales, económicos y comerciales y se han promovido las interacciones humanísticas entre ambas partes. El presidente Xi Jinping ha visitado la región en cuatro ocasiones desde que asumió el cargo en 2013, y las relaciones son cada vez más estrechas. En julio de 2014, cuando Xi Jinping asistía a la Reunión de Líderes China-América Latina y el Caribe en Brasilia, abogó por la construcción conjunta de un nuevo marco de cooperación China-América Latina “1 + 3 + 6”, cuyos contenidos principales son: “Con el objetivo de lograr un crecimiento inclusivo y un desarrollo sostenible, formular el Plan de Cooperación China-América Latina y el Caribe (2015–2019); utilizando el comercio, la inversión y la cooperación financiera como fuerza motriz, promover el desarrollo integral de la cooperación pragmática China-América Latina y el Caribe, para lograr una escala comercial bilateral de 500 000 millones de dólares y lograr un stock de inversión china en América Latina y el Caribe de 250 000 millones de dólares en un plazo de 10 años, promover el comercio bilateral de liquidación en moneda local; promover el acoplamiento industrial entre ambas partes con los recursos energéticos, la construcción de infraestructuras, la agricultura, la manufactura, la innovación científica y tecnológica, y la tecnología de la información como foco de cooperación.” (Diario del Pueblo, 2014) Este nuevo marco de cooperación sirve de herencia y refleja la visión común de China y América Latina y el Caribe. En la reunión, los líderes chinos y latinoamericanos decidieron establecer una asociación integral de igualdad y beneficio mutuo y desarrollo común, y anunciaron conjuntamente el establecimiento de la comunidad de destino China-América Latina y el Caribe, lo que abrió una nueva fase de cooperación entre ambas partes. En enero de 2015, se celebró en Beijing la primera reunión ministerial del Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China, lo que marcó el lanzamiento formal del mecanismo del Foro China- CELAC. (Wang, 2017) El segundo documento político de China sobre América Latina y el Caribe, publicado en 2016, afirma: “China está comprometida con la construcción de una relación China-América Latina y el Caribe tomando como el núcleo una sincera confianza mutua en la política, una cooperación beneficiosa para todos en la economía, un aprendizaje y aprecio mutuos en las humanidades, una estrecha colaboración en los asuntos internacionales y una promoción mutua de la cooperación general y las relaciones bilaterales, con la promoción de la asociación integral China-América Latina y el Caribe a un nuevo nivel y con la construcción de la comunidad de destino para el desarrollo conjunto”.En enero de 2018, “la Franja y la Ruta” llegó a América Latina y el Caribe, con lo cual el alcance de la iniciativa se ha ampliado aún más y su influencia internacional ha aumentado, y definitivamente desempeñará un papel más importante en el mundo. Además, los socios principales de la iniciativa de “la Franja y la Ruta” son los países en desarrollo, por eso tiene importancia la adhesión de América Latina y el Caribe, ya que es una de las regiones más concentradas de países en desarrollo del mundo. En comparación con África y algunas regiones de Asia, la mayoría de los países de América Latina y el Caribe se encuentran en los niveles de renta media y alta, que están más cerca del nivel de desarrollo de China, por eso tienen una mejor base para la cooperación. Por otro lado, la cooperación entre China y América Latina y el Caribe también se revitalizará guiada por la iniciativa. “La Franja y la Ruta” no es un concepto geográfico estrecho, sino una especie de estructura de interconexión. Por lo tanto, China y la lejana América Latina y el Caribe pueden acercarse entre sí y resolver algunos de los problemas actuales en la cooperación a través de este nuevo concepto de desarrollo. Además, la Iniciativa de la Franja y la Ruta también puede proporcionar una nueva perspectiva para el desarrollo de los países latinoamericanos. Algunos estudiosos de América Latina y el Caribe consideran que los países latinoamericanos no son siempre capaces de formar un consenso cuando se enfrentan a cuestiones internacionales o regionales. Con la iniciativa china, los países pueden aprovechar esta oportunidad para volver a trabajar juntos para resolver los problemas que limitan el crecimiento económico de la región. (Zottele, 2018) La incorporación de América Latina y el Caribe al “círculo de amigos” del “la Franja y la Ruta” es de gran importancia tanto para China como para América Latina y el Caribe, y abrirá una nueva era y nuevas oportunidades para la cooperación general.3Situación actual y desafíos en la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el CaribeAntes de que se presentara la iniciativa de “la Franja y la Ruta”, la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe había alcanzado notables progresos y logros. Sin embargo, en la cooperación todavía existen algunos problemas urgentes que, si no se abordan de forma activa y adecuada, afectarán definitivamente al desarrollo futuro. La iniciativa de la Franja y la Ruta, con su énfasis en el panorama general y el desarrollo sostenible, puede proporcionar una solución y un camino más factibles para resolver los problemas existentes.3.1Situación actual y desafíos en el comercio entre China y América Latina y el CaribeLa principal área de cooperación actual entre China y América Latina y el Caribe es el comercio. La integración de China en el sistema comercial mundial y en las normas comerciales se ha acelerado desde su adhesión a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001. Al mismo tiempo, aprovechando las condiciones favorables del ciclo de auge económico mundial de 2001 a 2008, China se convirtió rápidamente en el mayor país comercializador de bienes del mundo en 2012 y en el primer país manufacturero del mundo en 2009 con el impulso del comercio internacional. Durante este período, el comercio entre China y los países latinoamericanos se expandió rápidamente, creciendo más rápido que el comercio entre China y la mayor parte del resto del mundo. En 2008–2009 se produjo un pequeño descenso en el valor del comercio de bienes entre China y América Latina y el Caribe debido a la crisis financiera mundial, y luego aumentó rápidamente hasta superar los 268 000 millones de dólares en 2013. Después, cuando las economías de China y de los países latinoamericanos entraron en una franja descendente, el volumen del comercio de bienes entre China y la región comenzó a disminuir gradualmente, contrayéndose un 14% acumulado. Sin embargo, en 2017 se produjo un aumento del 16% con respecto al año anterior, hasta los 266 000 millones de dólares, y las exportaciones latinoamericanas a China aumentaron de forma aún más significativa, en un 25%, debido en gran medida al aumento de los precios del petróleo y otros productos primarios (Gráfico 1 y 2). Según datos de la Oficina Nacional de Estadística de China, el comercio de bienes entre China y América Latina y el Caribe ha alcanzado los 320 120 millones de dólares en 2020.Gráfico 1:Comercio de bienes entre América Latina y el Caribe y China (miles de millones de dólares, 2000–2017). Fuente: CEPAL, Explorando nuevos espacios de cooperación entre América Latina y el Caribe y China, Naciones Unidas, Santiago, enero de 2018, p. 39.Gráfico 2:Comercio de bienes entre América Latina y el Caribe y China (eje izquierdo: cien millones de dólares; eje derecho: miles de millones de dólares, 2002–2020). Fuente: elaborado según datos de la Oficina Nacional de Estadística de China (http://www.stats.gov.cn/).La razón de la rápida expansión del comercio entre China y América Latina y el Caribe desde el inicio del siglo XXI radica principalmente en dos aspectos. Uno de ellos es que ha crecido rápidamente la demanda de productos primarios y materias primas de China, como el petróleo, los minerales y los cultivos, y América Latina y el Caribe, como principal región exportadora de productos primarios del mundo, pasa a satisfacer la demanda de importaciones de China. Al mismo tiempo, la región ofrece un amplio mercado para los productos industriales manufacturados de China. En segundo lugar, los países latinoamericanos han apostado por diversificar sus objetivos comerciales en los últimos años, buscando activamente socios de cooperación comercial y mercados fuera de Norteamérica y Europa, y China, en rápido desarrollo, ha cobrado cada vez más importancia en sus relaciones comerciales. En la actualidad, China se ha convertido en el segundo país socio comercial de América Latina y el Caribe, sólo superado por Estados Unidos, e incluso es el primer socio comercial de algunos países latinoamericanos. Además, China ha firmado acuerdos de libre comercio (TLC) con tres países latinoamericanos -Chile, Perú y Costa Rica- y comenzó las negociaciones del TLC con Panamá en julio de 2018. En el futuro, se espera que China firme acuerdos de libre comercio con más países latinoamericanos para profundizar cooperación en los lazos comerciales.Al mismo tiempo que vemos los logros, también podemos notar que hay un desequilibrio más grave en el comercio entre China y América Latina y el Caribe. El Gráfico 1 muestra que, entre 2000 y 2017, el total de las importaciones latinoamericanas procedentes de China creció más rápido que las exportaciones a China durante la mayoría de las fases de aumento del comercio total, mientras que el total de las exportaciones latinoamericanas a China se desaceleró más rápido que las importaciones procedentes de China durante las fases de caída del comercio total, como entre 2013 y 2016. Desde el año 2000, el déficit comercial de América Latina y el Caribe con China ha ido en aumento, hasta alcanzar los 67 000 millones de dólares en 2017. Esto reafirma, por un lado, la teoría de los términos de intercambio de productos primarios propuesta por el estructuralismo latinoamericano en los años 50 del siglo XX, y por otro lado, muestra que la dependencia comercial de América Latina y el Caribe respecto a China es mayor que la de China respecto a ésa. La razón más importante de este resultado reside en la estructura irracional del comercio entre China y la región. Un informe de 2015 de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe y el Caribe (CEPAL) afirma que “los países de América Latina y el Caribe exportan a China una variedad de productos básicos menor de la que la región exporta a nivel mundial. En 2013, las exportaciones primarias de la región a China representaron el 73% del total de sus exportaciones a este país, mientras que los productos primarios solo representaron el 41% de las exportaciones al resto del mundo. En cambio, las exportaciones de la región a China de productos manufactureros de baja, media y alta tecnología representaron solo el 6% del total de las exportaciones a China en 2013, en comparación con el 42% de las exportaciones al resto del mundo. Por el lado de las importaciones, surge el panorama opuesto: los productos manufactureros de baja, media y alta tecnología representaron el 91% del total de las importaciones de la región procedentes de China en 2013, mientras que las importaciones de productos manufactureros procedentes de otras regiones solo representaron el 69% del total de las importaciones. En otras palabras, el comercio de América Latina y el Caribe con China es esencialmente un intercambio de materias primas por productos manufacturados”. (CEPAL, 2015) Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en 2015, entre 1995 y 2013, el índice de complementariedad comercial de China con América del Sur fue en promedio de 0,449, mientras que el índice de complementariedad comercial de América del Sur con China fue en promedio de 0,291, lo que significa que las exportaciones de China podían satisfacer el 44,9% de la demanda del mercado de los países sudamericanos, mientras que las exportaciones de los países sudamericanos sólo podían satisfacer el 29,1% de la demanda del mercado chino. (Silva, Gomes & Teixeirapp, 2018) Aunque esta estructura comercial es un resultado natural de las ventajas comparativas y del comportamiento del mercado tanto de China como de América Latina y el Caribe, está destinada a causar insatisfacción entre algunos países latinoamericanos, que creen que estos patrones y estructuras comerciales no sólo son perjudiciales para la reducción de sus deudas, sino para la mejora de sus estructuras industriales y la inversión de la tendencia a la “desindustrialización”. Por ejemplo, algunos estudiosos latinoamericanos sostienen que, aunque la demanda china de productos primarios apoyó el auge de la economía latinoamericana en la primera década del siglo XXI, los productos manufactureros chinos, especialmente la maquinaria y el equipo, los productos intermedios y los textiles, han tenido un fuerte impacto en el sector manufacturero de los países latinoamericanos, lo que ha provocado una mayor vulnerabilidad de sus economías y el riesgo de “enfermedad holandesa”. Alguna gente comenta que las actuales relaciones comerciales entre China y América Latina y el Caribe no favorecen el desarrollo a largo plazo de la economía latinoamericana. (Lima & Pellandra, 2017) En la actualidad, existen voces negativas similares sobre el comercio entre ambas partes, lo que ha provocado en la región cierta resistencia a China y al comercio bilateral, o sea obviamente no favorece el desarrollo futuro de la cooperación económica y comercial entre ambas partes.3.2Situación actual y desafíos en la inversión china en América Latina y el CaribeOtro ámbito importante de la cooperación económica entre China y América Latina y el Caribe es la inversión china en la región, ya que constituye el segundo destino de las inversiones chinas en el extranjero. Según la Oficina Nacional de Estadística de China, en 2020, el stock de inversión de China en la región se situó en 629 810 millones de dólares, lo que representa el 24,4% del stock de inversión china en el mundo. Sin embargo, cabe señalar que el 97,3% de este stock de inversión se invirtió en las Islas Caimán (457 026 millones de dólares) y en las Islas Vírgenes Británicas (155 644 millones de dólares), principalmente en la categoría financiera, y no en la de inversión directa. En cuanto a la inversión directa, según la CEPAL, entre 1990 y 2009, la inversión directa china en América Latina y el Caribe fue de un promedio de sólo 7 000 millones de dólares al año, con un repunte en 2010 que alcanzó casi 14 000 millones de dólares, principalmente por las adquisiciones de campos petrolíferos por parte de empresas petroleras chinas en Brasil y Argentina, incluyendo la mayor adquisición china en la región—la compra por parte de Sinopec del 40% de las operaciones de Repsol en Brasil en 2010 por 7 000 millones de dólares. La inversión directa china en América Latina y el Caribe ha tenido sus altibajos en los últimos años. Las fusiones y adquisiciones son la principal forma de inversión directa, representando el 74,8% en 2018 (Cuadro 1). Hasta la fecha, las diez mayores adquisiciones de empresas chinas en América Latina y el Caribe se repartieron en tres sectores: seis en petróleo, dos en minería y dos en energía eléctrica, principalmente por parte de megaempresas estatales como Sinopec, CNPC, China Minmetals Corporation, Three Gorges Group y State Grid, y los principales países de destino: seis en Brasil, dos en Argentina y dos en Perú.Cuadro 1:Inversión directa china en América Latina y el Caribe (2015–2018).añoInversión totalfusiones y adquisicionesInversión en nuevas construccionesacuerdovolumen de inversión (millones de dólares)acuerdovolumen de inversión (millones de dólares)acuerdovolumen de inversión (millones de dólares)20153510,1827738128280120163815,8791714,32321155620175912,0182786823233362018468203236132222031Fuente: Dussel Peters, Enrique, Monitor de la OFDI de China en América Latina y el Caribe y el Caribe 2018, México: Red ALC-China, 2019, p.5.En resumen, el crecimiento actual de la inversión china en América Latina y el Caribe es evidente, el stock es enorme y las perspectivas son prometedoras. Sin embargo, los problemas también son notables: en primer lugar, en términos de categorías de inversión, la gran mayoría de las inversiones son financieras, principalmente en las Islas Caimán y las Islas Vírgenes Británicas, con una inversión directa relativamente limitada. En segundo lugar, desde el punto de vista geográfico, las inversiones chinas se dirigen principalmente a las dos islas y a los grandes países de la región, como Brasil, Argentina, Perú, Chile y Venezuela, con una distribución geográfica desigual. En tercer lugar, en cuanto a las áreas y la estructura de la inversión directa, la inversión china se concentra principalmente en las industrias de recursos naturales, como el petróleo y la minería, y en los servicios, mientras que la inversión en la economía real, como las manufacturas y las infraestructuras, sigue siendo limitada. Según un informe de la CEPAL publicado en 2015, entre 2010 y 2013, casi el 90% de la inversión directa china se destinó a las industrias de recursos naturales, las que absorbieron sólo el 25% del total de la IED recibida en la región durante el mismo período. La preferencia de las inversiones chinas en las industrias de recursos naturales de la región es coherente con la estructura comercial entre las dos partes, y ésas han formado un refuerzo mutuo, con una consolidación gradual de la estructura comercial y la de inversión. En cuarto lugar, desde la perspectiva del inversionista, desempeñan el papel relevante las grandes empresas estatales chinas, y la participación e inversión de las empresas privadas y las pequeñas y medianas empresas son insuficientes.4Nueva etapa de la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe en el marco de “la Franja y la Ruta”Los problemas tales como el desequilibrio comercial y la estructura irracional de comercio y de inversión que surgieron durante el desarrollo espontáneo de la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe deben ser abordados bajo un nuevo marco estratégico, de lo contrario no será propicio para el desarrollo saludable a largo plazo de la cooperación entre las dos partes. La iniciativa de la Franja y la Ruta aboga por la realización de los “cinco enlaces”, a saber, la comunicación política, la conexión de instalaciones, el comercio libre, la conectividad financiera y el contacto entre personas, con el fin de promover el desarrollo común y equilibrado de todos los países y construir una comunidad de destino de la humanidad a través de la interconexión. La iniciativa de la conectividad comercial, financiera y de las instalaciones proporciona nuevas ideas y caminos para resolver los problemas actuales.4.1Perspectivas en el comercio entre China y América Latina y el Caribe en el marco de “la Franja y la Ruta”Las Perspectivas y Acciones de la Construcción de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, publicada por China en 2015, afirma, al hablar de la conectividad comercial, que “hay que ampliar las áreas comerciales, optimizar la estructura comercial, explorar nuevos puntos de crecimiento en el comercio y promover el equilibrio comercial … hay que discutir activamente con los países que se sitúan a lo largo de la ruta para construir zonas de libre comercio, liberar el potencial de cooperación, y hacer el pastel más grande y mejor.” Los principales problemas que existen en el comercio bilateral son el desequilibrio comercial y la estructura irracional del comercio, y ésta constituye la causa de aquél. De acuerdo con la idea de la conectividad comercial, se puede resolver estos problemas en dos aspectos.4.1.1Ampliar las importaciones chinas desde los países latinoamericanos para promover la balanza comercialEn los últimos años, China ha promovido la iniciativa “la Franja y la Ruta”, ha apoyado la liberalización del comercio y la globalización económica, y ha abierto proactivamente sus mercados al mundo. La primera Exposición Internacional de Importación de China celebrada en Shanghai en 2018 fue una de las prácticas de “la Franja y la Ruta”, que atrajo a más de 1 000 expositores de 58 países. El 26 de abril de 2019, en la inauguración del Segundo Foro de la Cumbre de Cooperación Internacional de “la Franja y la Ruta” en Beijing, el presidente Xi Jinping pronunció un discurso, diciendo que en el futuro, China aumentará las importaciones de bienes y servicios a mayor escala, reducirá aún más los niveles arancelarios, eliminará diversas barreras no arancelarias, mantendrá abiertas las puertas del mercado chino, importará más productos agrícolas, bienes manufacturados y servicios de alta calidad del extranjero, y promoverá el equilibrio comercial. (Xi, 2019) En la actualidad, China se ha convertido en el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe, pero el desequilibrio comercial sigue siendo relativamente evidente. En 2016, China representó el 9,0% de las exportaciones totales y el 18,4% de las importaciones totales de América Latina y el Caribe, mientras que la región representó el 6,4% de las exportaciones totales y el 5,4% de las importaciones totales de China. (World Integrated Trade Solution, 2018) En el futuro, China debería reforzar la cooperación con los países latinoamericanos en materia de aduanas e inspección y cuarentena, y esforzarse por firmar acuerdos de libre comercio con más países de la referida región para promover la facilidad del comercio. La balanza comercial no sólo contribuirá a reducir el déficit comercial de los países latinoamericanos con China y a aumentar el entusiasmo de ellos por promover el comercio bilateral, sino que también ayudará a satisfacer las crecientes necesidades materiales y culturales del pueblo chino y a acrecentar las posibilidades de elección y el bienestar de los consumidores.4.1.2Optimizar la estructura comercial y promover la diversificación del comercioLa optimización de la estructura comercial puede promover eficazmente la balanza comercial entre China y América Latina y el Caribe. La primera forma es ampliar las importaciones chinas de productos no tradicionales de la región, especialmente de los agrícolas y alimenticios procesados. La reforma estructural por el lado de la oferta y la modernización y el ajuste industrial de China proporcionarán un mercado incremental para América Latina y el Caribe. Además, el cambio del impulso económico de China hacia el consumo proporcionará nuevas oportunidades para los productos agrícolas de la región. (Yue, 2018) En China, la rápida industrialización, la urbanización, la expansión de la clase media, los cambios demográficos y de los estilos de vida están impulsando la creciente demanda de alimentos, la mejora de la calidad de la dieta y nuevas preferencias de los consumidores, que se preocupan cada vez más por la variedad de alimentos, la comodidad, la calidad y la seguridad alimentaria. Con unas condiciones climáticas ventajosas y una importante biodiversidad, América Latina y el Caribe tiene una ventaja comparativa en el ámbito de los alimentos verdes y orgánicos de alta calidad, y los países de la región deberían aprovechar esta circunstancia para exportar más productos de alto valor añadido. En este sentido, las exportaciones chilenas de frutas y vinos hacia el mercado chino es un ejemplo de éxito. Sin embargo, las barreras arancelarias y no arancelarias de China a la importación de productos agrícolas procesados, los complejos regímenes sanitarios y fitosanitarios y la limitada capacidad de promoción y comercialización de las exportaciones de los países latinoamericanos constituyen obstáculos para el desarrollo de este comercio. China y los países de dicha región deberían trabajar juntos para superar estos obstáculos en el futuro (González, 2019).La segunda forma de optimizar la estructura comercial es promover el crecimiento del comercio de servicios. En la actualidad, el comercio entre China y América Latina y el Caribe está dominado por el de bienes, y el de servicios tiene una participación relativamente menor. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la proporción de las exportaciones latinoamericanas de servicios a China se redujo del 25% del total de las exportaciones a este país en 2000 al 17% en 2011, una proporción inferior a la de las exportaciones de servicios a los países de la UE y a otros países asiáticos (25% y 24%, respectivamente), y menor que la proporción de las exportaciones de servicios con respecto a las exportaciones mundiales (20%) (OCDE/CEPAL/CAF, 2015). Con el cambio tecnológico, el abaratamiento de los costes de transporte y el cambio del modelo de crecimiento de China hacia uno impulsado por el consumo y los servicios, el comercio de servicios entre China y América Latina y el Caribe tiene un gran potencial, con el turismo como una de las áreas clave de crecimiento. “La Franja y Ruta” promueve los intercambios humanos entre países, y el turismo es un vehículo importante para ello. En los últimos años, con el aumento de la renta per cápita de China y la flexibilidad de las políticas, la demanda china de consumo de ocio se ha diversificado y el gasto chino en consumo turístico ha llegado a ocupar el primer lugar en el mundo. Los países latinoamericanos tienen larga historia, espléndida civilización y ricos paisajes naturales y humanísticos, pero los turistas chinos que llegan a la región sólo representan el 1% del total de su turismo emisor, la razón principal de ello no sólo consiste en la distancia, sino también en la barrera del idioma, la falta de conocimiento y la insuficiencia de marketing. Para aprovechar mejor el mercado chino, las instituciones turísticas de América Latina y el Caribe deben prestar más atención a la promoción del mercado, promover la facilitación de los procedimientos de visado, hacer hincapié en la protección del consumidor, desarrollar cooperaciones público-privadas, y perfeccionar las plataformas móviles y los pagos sin efectivo, que son valorados por los chinos.La tercera forma de optimizar la estructura comercial es promover el comercio electrónico, que en el siglo XXI ha cambiado rápida y profundamente la forma en que se realiza el comercio en todo el mundo, haciéndolo más eficiente, diversificado e internacionalizado, al tiempo que beneficia al desarrollo de las pequeñas, medianas y microempresas, de las zonas remotas y de los grupos de bajos ingresos, promoviendo la cooperación económica en la dirección de la apertura, la inclusión y el carácter integrador. “La Franja y Ruta” aboga por una conectividad del comercio y las instalaciones, y el comercio electrónico es un importante eslabón que conecta el comercio y la infraestructura de la información. Las plataformas chinas de comercio electrónico como Tmall han establecido varios centros de abastecimiento en Asia, América del Norte, Europa y Oceanía. Las compras transfronterizas en línea representaron el 7% de las importaciones totales de China en 2018, y el valor del mercado del comercio electrónico transfronterizo de China alcanzó los 157 000 millones de dólares en 2020. Sin embargo, este tipo de comercio entre China y América Latina y el Caribe es todavía muy limitado, en gran parte debido al lento desarrollo de este campo en la región. El 36% de las empresas latinoamericanas no tienen experiencia en ventas en línea, y las otras que la tienen rara vez participan en el comercio transfronterizo. En el futuro, los países latinoamericanos deberían mejorar la administración de los pagos electrónicos, simplificar los procedimientos aduaneros, reforzar la ciberseguridad y la protección de los derechos de los consumidores, así como animar a sus empresas a ampliar el comercio internacional a través del comercio electrónico. Además, deberían reforzar la construcción de infraestructuras de información, mejorar la logística y potenciar la cooperación con las plataformas chinas de comercio electrónico. En estos ámbitos, las empresas chinas tienen un amplio margen de actuación en América Latina y el Caribe.4.2Perspectivas en la inversión de China en América Latina y el Caribe en el marco de “la Franja y la Ruta”Los principales problemas que se enfrentan en la inversión de China en América Latina y el Caribe consisten en la estructura irracional, el desequilibrio geográfico y la concentración de inversores. Después de que los países latinoamericanos hubieran sido invitados oficialmente a la iniciativa de “la Franja y la Ruta” en 2018, se han notado algunos cambios positivos. En primer lugar, ha mejorado la estructura de la inversión directa de China en la región. De 2000 a 2018, un promedio anual del 60,02% de esa inversión se concentraba en industrias de materias primas como el petróleo y la minería, mientras que la proporción se redujo al 53,39% en 2018. En segundo lugar, han empezado a diversificarse los países de destino de inversión. Brasil y Argentina, los dos países que solían recibir más inversión directa china en la región experimentaron un descenso en la participación en 2018, mientras que Perú y Chile empezaron a jugar un papel más importante, al recibir respectivamente el 63,03% y el 16,31% del total de la inversión directa china en la región en el mismo año. En tercer lugar, la estructura de inversores ha cambiado significativamente. De 2010 a 2018, un promedio anual del 70,2% de la inversión directa china en América Latina y el Caribe provenía de empresas estatales, mientras que la proporción fue de solo el 6,3% en 2018. La inversión de la empresa privada Tianqi Lithium de la provincia de Sichuan representó el 50,2% del total de la inversión directa china en la región del mismo año y ocupó el 23,1% del empleo creado por la inversión china. De 2017 a 2018, También sacaron buenas notas el automóvil Jianghuai, el viñedo Zhangyu, la microfinanciación Mayi, el automóvil Yanfeng y la destilería Yanghe (Dussel Peters, 2019). Con el trazado integral de la estrategia “la Franja y la Ruta” en América Latina y el Caribe en el futuro, la inversión de China en la región seguirá desarrollándose en una dirección razonable y sostenible.4.2.1Mejorar la estructura de la inversión directa de China en América Latina y el Caribe a través de la conectividad financieraDesde la introducción de la iniciativa “la Franja y la Ruta”, China y América Latina y el Caribe han alcanzado logros fructíferos en la cooperación financiera. En septiembre de 2015, el Banco Popular de China, la Administración Estatal de Divisas y el Banco de Desarrollo de China establecieron el Fondo de Inversión de Cooperación Productiva China-América Latina y el Caribe para la inversión en manufactura, industria de alta tecnología, agricultura, energía y minerales, infraestructura y cooperación financiera. En mayo de 2017, se puso en movimiento oficialmente el Fondo de Cooperación para la Ampliación de la Capacidad Productiva China-Brasil. Todos estos fondos se centrarán en la inversión no tradicional de China en América Latina y el Caribe (Jiang, 2018).Con el apoyo financiero, China debería mejorar primero la estructura de su inversión directa en la región, a través de aumentar su inversión en la industria manufacturera. Desde la década de 1980, América Latina y el Caribe ha experimentado una tendencia a la “desindustrialización”, ya que la participación de la industria manufacturera en el PIB ha caído del 25% al 12,4% entre 1980 y 2017. El desequilibrio en la estructura industrial ha llevado a la baja participación de la región en la cadena de valor industrial global, por lo que los países de la región tienen un fuerte deseo de modernización industrial y revitalización de la industria manufacturera. Actualmente, China está comprometida con la transformación en una potencia manufacturera, y ha publicado el plan “Fabricación de China 2025”. En el ámbito internacional, China viene fortaleciendo la cooperación con los países a lo largo de “la Franja y Ruta” para ayudarles a establecer sus propios sistemas industriales. Las empresas chinas pueden aprovechar las políticas de financiación de “la Franja y la Ruta” para aumentar la inversión en la industria manufacturera latinoamericana, lo cual es beneficioso para ambas partes: por el lado de China, esta inversión puede promover la cooperación internacional en la industria manufacturera del país asiático; por el lado de América Latina y el Caribe, puede promover la reindustrialización y el desarrollo de la industria de servicios moderna, mejorar el nivel tecnológico y la capacidad de innovación, fortalecer la integración con la región de Asia-Pacífico, y ayudar a los países de la región a integrarse profundamente en la cadena de valor global, lo cual está en línea con sus aspiraciones y aumentará su entusiasmo de cooperación.Con el apoyo financiero, China también debería promover el equilibrio geográfico de la inversión explorando nuevos destinos y, al mismo tiempo, impulsar la diversificación de los inversores animando a más empresas privadas, especialmente a las PYME, a desarrollar sus operaciones en la región. En El Plan de Acción Común para la Cooperación entre China y los países de América Latina y el Caribe (áreas prioritarias) (2019–2021) se destacan los intercambios y la cooperación entre las PYME de ambas partes, la participación de las empresas en exposiciones y ferias organizadas por la otra parte, y la creación de condiciones favorables para la internacionalización de las PYME.4.2.2Mejorar la estructura de la inversión directa de China en América Latina y el Caribe a través de la conectividad de las instalacionesLa conectividad de las instalaciones es el foco y el área prioritaria para la construcción de “la Franja y la Ruta”. China cuenta con las ventajas de la tecnología, de los talentos y el capital en el campo de las infraestructuras, y puede promover la “salida al exterior” de las industrias chinas a través de la inversión en la construcción de infraestructuras en el extranjero, y después formar clusters de servicios industriales y corredores económicos para el desarrollo integrado de la construcción, la metalurgia, la energía, las finanzas, las comunicaciones, la logística y el turismo a través de los efectos de aglomeración y radiación industrial. Las infraestructuras de América Latina y el Caribe están atrasadas en comparación con las de la OCDE y de las economías emergentes de Asia, y los costes logísticos del comercio son elevados. Por lo tanto, los países latinoamericanos tienen un fuerte deseo de mejorar sus infraestructuras. En el siglo XXI, China ha mantenido una buena cooperación con ellos en el ámbito de las carreteras, la electricidad, la energía y otras infraestructuras. En el futuro, China debería reforzar aún más la cooperación con ellos en las seis áreas clave de la conectividad de las instalaciones de “la Franja y la Ruta”, a saber, el transporte terrestre, el mecanismo de transporte internacional, la logística marítima, la logística aérea, los corredores de energía y las redes de información, y realizar la inversión a través de la cooperación entre los sectores públicos y privados (PPP) y del modelo de construcción-operación-transferencia (BOT). Esto sin duda mejorará efectivamente la estructura de la inversión directa de China en América Latina y el Caribe, y al mismo tiempo ayudará a reducir los costos de logística en la región y promoverá el desarrollo del comercio entre ambas partes.El desarrollo de infraestructuras también puede contribuir a la integración regional de América Latina y el Caribe y promover la cooperación económica y comercial interregional con el resto del mundo. Sin embargo, dado que la construcción de infraestructuras se caracteriza por una gran cantidad de inversión de capital, un largo período de construcción, un gran impacto en el medio ambiente y un gran número de partes implicadas en los intereses, es necesario realizar un estudio completo sobre la viabilidad y la rentabilidad antes de invertir, para evitar como es posible los riesgos políticos y económicos.5ConclusionesEn la era de la globalización, la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe responde a los intereses comunes de ambas partes. Sin embargo, en los últimos años se han puesto de manifiesto unos problemas tales como el desequilibrio del comercio y la estructura irracional del comercio y de la inversión, los cuales no favorecen al desarrollo sostenible de la cooperación.En la compleja situación política y económica mundial, China planteó la iniciativa “la Franja y la Ruta”, cuya extensión a América Latina y el Caribe ha sido bien recibida. Esta iniciativa puede promover una cooperación más profunda entre China y la región en su conjunto, así como impulsar la integración entre la región y Asia. Tanto China como los países latinoamericanos deben resolver eficazmente los problemas encontrados en el comercio y la inversión y fortalecer la conectividad comercial, financiera y de instalaciones. Concretamente, en el ámbito del comercio, debemos ampliar las importaciones chinas desde la región para promover la balanza comercial, optimizar la estructura comercial para favorecer la diversificación del comercio; en el campo de la inversión, hay que mejorar la estructura de la inversión directa de China en América Latina y el Caribe a través de la conectividad financiera y de instalaciones. Así, crearemos un mejor futuro para la cooperación económica sino-latinoamericana. http://www.deepdyve.com/assets/images/DeepDyve-Logo-lg.png Interacción Sino-Iberoamericana/Sino-Iberoamerican Interaction de Gruyter

Cooperación económica: China-América Latina y el Caribe ante “la Franja y la Ruta”

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de Gruyter
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eISSN
2747-7479
DOI
10.1515/sai-2022-0021
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Abstract

1IntroducciónEn los últimos años, la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe se ha desarrollado rápidamente, pero al mismo tiempo hay muchos problemas y desafíos que traen incertidumbre para la cooperación futura. En 2018, China invitó oficialmente a los países latinoamericanos a unirse voluntariamente a la iniciativa “la Franja y la Ruta”, considerando la región como una extensión natural de “la Ruta Marítima de la Seda”. Esto ha abierto una nueva era de cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe. En este artículo se analizan en primer lugar la situación y los problemas actuales de la cooperación económica y comercial entre China y la región, y sobre esta base, se analiza cómo resolver estos problemas y promover el desarrollo sostenible de la cooperación en el contexto de “la Franja y la Ruta”.2América Latina y el Caribe: un nuevo miembro de “la Franja y la Ruta”En septiembre y octubre de 2013, durante sus visitas a Kazajistán e Indonesia, el presidente chino Xi Jinping propuso las grandes iniciativas de construcción de “la Franja Económica de la Ruta de la Seda” y “la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI”. Desde entonces, “La Franja y la Ruta” ha estado en el punto de mira de la comunidad internacional y ha atraído la atención. En consonancia con “la comunidad de destino de la humanidad” propuesta por China en 2012, la Franja y la Ruta hace hincapié en el concepto de intereses comunes globales y desarrollo sostenible, y aboga por el desarrollo y el progreso comunes de todos los países del mundo, al tiempo que se esfuerza por hacer realidad el sueño chino de la gran revitalización de la nación china. En los últimos siete años, la iniciativa de la Franja y la Ruta se ha convertido en el principal asidero de la apertura de China al exterior en la nueva era, y también se está convirtiendo en un plan chino para participar en la cooperación mundial, promover un nuevo tipo de relaciones internacionales, mejorar el sistema de gobernanza económica mundial, promover la prosperidad y el desarrollo mundial, y promover la construcción de la comunidad de destino de la humanidad. A principios de 2021, 171 países y organizaciones internacionales habían firmado 205 documentos de cooperación con China para encajar sus estrategias de desarrollo y planes de crecimiento con la iniciativa de la Franja y la Ruta, con proyectos de cooperación relacionados que ascienden a cientos de miles de millones de dólares. En la actualidad, la iniciativa de la Franja y la Ruta se ha convertido en un importante programa y modelo de cooperación internacional en el mundo, y es plenamente reconocida y apoyada por las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales y muchos países.América Latina y el Caribe siempre ha sido un objetivo importante de la cooperación exterior de China. El hecho de que la región sea la más alejada geográficamente del país asiático no ha impedido los intercambios entre los pueblos chino y latinoamericano desde la antigüedad, y en el siglo XXI se han reforzado los intercambios gubernamentales, económicos y comerciales y se han promovido las interacciones humanísticas entre ambas partes. El presidente Xi Jinping ha visitado la región en cuatro ocasiones desde que asumió el cargo en 2013, y las relaciones son cada vez más estrechas. En julio de 2014, cuando Xi Jinping asistía a la Reunión de Líderes China-América Latina y el Caribe en Brasilia, abogó por la construcción conjunta de un nuevo marco de cooperación China-América Latina “1 + 3 + 6”, cuyos contenidos principales son: “Con el objetivo de lograr un crecimiento inclusivo y un desarrollo sostenible, formular el Plan de Cooperación China-América Latina y el Caribe (2015–2019); utilizando el comercio, la inversión y la cooperación financiera como fuerza motriz, promover el desarrollo integral de la cooperación pragmática China-América Latina y el Caribe, para lograr una escala comercial bilateral de 500 000 millones de dólares y lograr un stock de inversión china en América Latina y el Caribe de 250 000 millones de dólares en un plazo de 10 años, promover el comercio bilateral de liquidación en moneda local; promover el acoplamiento industrial entre ambas partes con los recursos energéticos, la construcción de infraestructuras, la agricultura, la manufactura, la innovación científica y tecnológica, y la tecnología de la información como foco de cooperación.” (Diario del Pueblo, 2014) Este nuevo marco de cooperación sirve de herencia y refleja la visión común de China y América Latina y el Caribe. En la reunión, los líderes chinos y latinoamericanos decidieron establecer una asociación integral de igualdad y beneficio mutuo y desarrollo común, y anunciaron conjuntamente el establecimiento de la comunidad de destino China-América Latina y el Caribe, lo que abrió una nueva fase de cooperación entre ambas partes. En enero de 2015, se celebró en Beijing la primera reunión ministerial del Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China, lo que marcó el lanzamiento formal del mecanismo del Foro China- CELAC. (Wang, 2017) El segundo documento político de China sobre América Latina y el Caribe, publicado en 2016, afirma: “China está comprometida con la construcción de una relación China-América Latina y el Caribe tomando como el núcleo una sincera confianza mutua en la política, una cooperación beneficiosa para todos en la economía, un aprendizaje y aprecio mutuos en las humanidades, una estrecha colaboración en los asuntos internacionales y una promoción mutua de la cooperación general y las relaciones bilaterales, con la promoción de la asociación integral China-América Latina y el Caribe a un nuevo nivel y con la construcción de la comunidad de destino para el desarrollo conjunto”.En enero de 2018, “la Franja y la Ruta” llegó a América Latina y el Caribe, con lo cual el alcance de la iniciativa se ha ampliado aún más y su influencia internacional ha aumentado, y definitivamente desempeñará un papel más importante en el mundo. Además, los socios principales de la iniciativa de “la Franja y la Ruta” son los países en desarrollo, por eso tiene importancia la adhesión de América Latina y el Caribe, ya que es una de las regiones más concentradas de países en desarrollo del mundo. En comparación con África y algunas regiones de Asia, la mayoría de los países de América Latina y el Caribe se encuentran en los niveles de renta media y alta, que están más cerca del nivel de desarrollo de China, por eso tienen una mejor base para la cooperación. Por otro lado, la cooperación entre China y América Latina y el Caribe también se revitalizará guiada por la iniciativa. “La Franja y la Ruta” no es un concepto geográfico estrecho, sino una especie de estructura de interconexión. Por lo tanto, China y la lejana América Latina y el Caribe pueden acercarse entre sí y resolver algunos de los problemas actuales en la cooperación a través de este nuevo concepto de desarrollo. Además, la Iniciativa de la Franja y la Ruta también puede proporcionar una nueva perspectiva para el desarrollo de los países latinoamericanos. Algunos estudiosos de América Latina y el Caribe consideran que los países latinoamericanos no son siempre capaces de formar un consenso cuando se enfrentan a cuestiones internacionales o regionales. Con la iniciativa china, los países pueden aprovechar esta oportunidad para volver a trabajar juntos para resolver los problemas que limitan el crecimiento económico de la región. (Zottele, 2018) La incorporación de América Latina y el Caribe al “círculo de amigos” del “la Franja y la Ruta” es de gran importancia tanto para China como para América Latina y el Caribe, y abrirá una nueva era y nuevas oportunidades para la cooperación general.3Situación actual y desafíos en la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el CaribeAntes de que se presentara la iniciativa de “la Franja y la Ruta”, la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe había alcanzado notables progresos y logros. Sin embargo, en la cooperación todavía existen algunos problemas urgentes que, si no se abordan de forma activa y adecuada, afectarán definitivamente al desarrollo futuro. La iniciativa de la Franja y la Ruta, con su énfasis en el panorama general y el desarrollo sostenible, puede proporcionar una solución y un camino más factibles para resolver los problemas existentes.3.1Situación actual y desafíos en el comercio entre China y América Latina y el CaribeLa principal área de cooperación actual entre China y América Latina y el Caribe es el comercio. La integración de China en el sistema comercial mundial y en las normas comerciales se ha acelerado desde su adhesión a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001. Al mismo tiempo, aprovechando las condiciones favorables del ciclo de auge económico mundial de 2001 a 2008, China se convirtió rápidamente en el mayor país comercializador de bienes del mundo en 2012 y en el primer país manufacturero del mundo en 2009 con el impulso del comercio internacional. Durante este período, el comercio entre China y los países latinoamericanos se expandió rápidamente, creciendo más rápido que el comercio entre China y la mayor parte del resto del mundo. En 2008–2009 se produjo un pequeño descenso en el valor del comercio de bienes entre China y América Latina y el Caribe debido a la crisis financiera mundial, y luego aumentó rápidamente hasta superar los 268 000 millones de dólares en 2013. Después, cuando las economías de China y de los países latinoamericanos entraron en una franja descendente, el volumen del comercio de bienes entre China y la región comenzó a disminuir gradualmente, contrayéndose un 14% acumulado. Sin embargo, en 2017 se produjo un aumento del 16% con respecto al año anterior, hasta los 266 000 millones de dólares, y las exportaciones latinoamericanas a China aumentaron de forma aún más significativa, en un 25%, debido en gran medida al aumento de los precios del petróleo y otros productos primarios (Gráfico 1 y 2). Según datos de la Oficina Nacional de Estadística de China, el comercio de bienes entre China y América Latina y el Caribe ha alcanzado los 320 120 millones de dólares en 2020.Gráfico 1:Comercio de bienes entre América Latina y el Caribe y China (miles de millones de dólares, 2000–2017). Fuente: CEPAL, Explorando nuevos espacios de cooperación entre América Latina y el Caribe y China, Naciones Unidas, Santiago, enero de 2018, p. 39.Gráfico 2:Comercio de bienes entre América Latina y el Caribe y China (eje izquierdo: cien millones de dólares; eje derecho: miles de millones de dólares, 2002–2020). Fuente: elaborado según datos de la Oficina Nacional de Estadística de China (http://www.stats.gov.cn/).La razón de la rápida expansión del comercio entre China y América Latina y el Caribe desde el inicio del siglo XXI radica principalmente en dos aspectos. Uno de ellos es que ha crecido rápidamente la demanda de productos primarios y materias primas de China, como el petróleo, los minerales y los cultivos, y América Latina y el Caribe, como principal región exportadora de productos primarios del mundo, pasa a satisfacer la demanda de importaciones de China. Al mismo tiempo, la región ofrece un amplio mercado para los productos industriales manufacturados de China. En segundo lugar, los países latinoamericanos han apostado por diversificar sus objetivos comerciales en los últimos años, buscando activamente socios de cooperación comercial y mercados fuera de Norteamérica y Europa, y China, en rápido desarrollo, ha cobrado cada vez más importancia en sus relaciones comerciales. En la actualidad, China se ha convertido en el segundo país socio comercial de América Latina y el Caribe, sólo superado por Estados Unidos, e incluso es el primer socio comercial de algunos países latinoamericanos. Además, China ha firmado acuerdos de libre comercio (TLC) con tres países latinoamericanos -Chile, Perú y Costa Rica- y comenzó las negociaciones del TLC con Panamá en julio de 2018. En el futuro, se espera que China firme acuerdos de libre comercio con más países latinoamericanos para profundizar cooperación en los lazos comerciales.Al mismo tiempo que vemos los logros, también podemos notar que hay un desequilibrio más grave en el comercio entre China y América Latina y el Caribe. El Gráfico 1 muestra que, entre 2000 y 2017, el total de las importaciones latinoamericanas procedentes de China creció más rápido que las exportaciones a China durante la mayoría de las fases de aumento del comercio total, mientras que el total de las exportaciones latinoamericanas a China se desaceleró más rápido que las importaciones procedentes de China durante las fases de caída del comercio total, como entre 2013 y 2016. Desde el año 2000, el déficit comercial de América Latina y el Caribe con China ha ido en aumento, hasta alcanzar los 67 000 millones de dólares en 2017. Esto reafirma, por un lado, la teoría de los términos de intercambio de productos primarios propuesta por el estructuralismo latinoamericano en los años 50 del siglo XX, y por otro lado, muestra que la dependencia comercial de América Latina y el Caribe respecto a China es mayor que la de China respecto a ésa. La razón más importante de este resultado reside en la estructura irracional del comercio entre China y la región. Un informe de 2015 de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe y el Caribe (CEPAL) afirma que “los países de América Latina y el Caribe exportan a China una variedad de productos básicos menor de la que la región exporta a nivel mundial. En 2013, las exportaciones primarias de la región a China representaron el 73% del total de sus exportaciones a este país, mientras que los productos primarios solo representaron el 41% de las exportaciones al resto del mundo. En cambio, las exportaciones de la región a China de productos manufactureros de baja, media y alta tecnología representaron solo el 6% del total de las exportaciones a China en 2013, en comparación con el 42% de las exportaciones al resto del mundo. Por el lado de las importaciones, surge el panorama opuesto: los productos manufactureros de baja, media y alta tecnología representaron el 91% del total de las importaciones de la región procedentes de China en 2013, mientras que las importaciones de productos manufactureros procedentes de otras regiones solo representaron el 69% del total de las importaciones. En otras palabras, el comercio de América Latina y el Caribe con China es esencialmente un intercambio de materias primas por productos manufacturados”. (CEPAL, 2015) Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en 2015, entre 1995 y 2013, el índice de complementariedad comercial de China con América del Sur fue en promedio de 0,449, mientras que el índice de complementariedad comercial de América del Sur con China fue en promedio de 0,291, lo que significa que las exportaciones de China podían satisfacer el 44,9% de la demanda del mercado de los países sudamericanos, mientras que las exportaciones de los países sudamericanos sólo podían satisfacer el 29,1% de la demanda del mercado chino. (Silva, Gomes & Teixeirapp, 2018) Aunque esta estructura comercial es un resultado natural de las ventajas comparativas y del comportamiento del mercado tanto de China como de América Latina y el Caribe, está destinada a causar insatisfacción entre algunos países latinoamericanos, que creen que estos patrones y estructuras comerciales no sólo son perjudiciales para la reducción de sus deudas, sino para la mejora de sus estructuras industriales y la inversión de la tendencia a la “desindustrialización”. Por ejemplo, algunos estudiosos latinoamericanos sostienen que, aunque la demanda china de productos primarios apoyó el auge de la economía latinoamericana en la primera década del siglo XXI, los productos manufactureros chinos, especialmente la maquinaria y el equipo, los productos intermedios y los textiles, han tenido un fuerte impacto en el sector manufacturero de los países latinoamericanos, lo que ha provocado una mayor vulnerabilidad de sus economías y el riesgo de “enfermedad holandesa”. Alguna gente comenta que las actuales relaciones comerciales entre China y América Latina y el Caribe no favorecen el desarrollo a largo plazo de la economía latinoamericana. (Lima & Pellandra, 2017) En la actualidad, existen voces negativas similares sobre el comercio entre ambas partes, lo que ha provocado en la región cierta resistencia a China y al comercio bilateral, o sea obviamente no favorece el desarrollo futuro de la cooperación económica y comercial entre ambas partes.3.2Situación actual y desafíos en la inversión china en América Latina y el CaribeOtro ámbito importante de la cooperación económica entre China y América Latina y el Caribe es la inversión china en la región, ya que constituye el segundo destino de las inversiones chinas en el extranjero. Según la Oficina Nacional de Estadística de China, en 2020, el stock de inversión de China en la región se situó en 629 810 millones de dólares, lo que representa el 24,4% del stock de inversión china en el mundo. Sin embargo, cabe señalar que el 97,3% de este stock de inversión se invirtió en las Islas Caimán (457 026 millones de dólares) y en las Islas Vírgenes Británicas (155 644 millones de dólares), principalmente en la categoría financiera, y no en la de inversión directa. En cuanto a la inversión directa, según la CEPAL, entre 1990 y 2009, la inversión directa china en América Latina y el Caribe fue de un promedio de sólo 7 000 millones de dólares al año, con un repunte en 2010 que alcanzó casi 14 000 millones de dólares, principalmente por las adquisiciones de campos petrolíferos por parte de empresas petroleras chinas en Brasil y Argentina, incluyendo la mayor adquisición china en la región—la compra por parte de Sinopec del 40% de las operaciones de Repsol en Brasil en 2010 por 7 000 millones de dólares. La inversión directa china en América Latina y el Caribe ha tenido sus altibajos en los últimos años. Las fusiones y adquisiciones son la principal forma de inversión directa, representando el 74,8% en 2018 (Cuadro 1). Hasta la fecha, las diez mayores adquisiciones de empresas chinas en América Latina y el Caribe se repartieron en tres sectores: seis en petróleo, dos en minería y dos en energía eléctrica, principalmente por parte de megaempresas estatales como Sinopec, CNPC, China Minmetals Corporation, Three Gorges Group y State Grid, y los principales países de destino: seis en Brasil, dos en Argentina y dos en Perú.Cuadro 1:Inversión directa china en América Latina y el Caribe (2015–2018).añoInversión totalfusiones y adquisicionesInversión en nuevas construccionesacuerdovolumen de inversión (millones de dólares)acuerdovolumen de inversión (millones de dólares)acuerdovolumen de inversión (millones de dólares)20153510,1827738128280120163815,8791714,32321155620175912,0182786823233362018468203236132222031Fuente: Dussel Peters, Enrique, Monitor de la OFDI de China en América Latina y el Caribe y el Caribe 2018, México: Red ALC-China, 2019, p.5.En resumen, el crecimiento actual de la inversión china en América Latina y el Caribe es evidente, el stock es enorme y las perspectivas son prometedoras. Sin embargo, los problemas también son notables: en primer lugar, en términos de categorías de inversión, la gran mayoría de las inversiones son financieras, principalmente en las Islas Caimán y las Islas Vírgenes Británicas, con una inversión directa relativamente limitada. En segundo lugar, desde el punto de vista geográfico, las inversiones chinas se dirigen principalmente a las dos islas y a los grandes países de la región, como Brasil, Argentina, Perú, Chile y Venezuela, con una distribución geográfica desigual. En tercer lugar, en cuanto a las áreas y la estructura de la inversión directa, la inversión china se concentra principalmente en las industrias de recursos naturales, como el petróleo y la minería, y en los servicios, mientras que la inversión en la economía real, como las manufacturas y las infraestructuras, sigue siendo limitada. Según un informe de la CEPAL publicado en 2015, entre 2010 y 2013, casi el 90% de la inversión directa china se destinó a las industrias de recursos naturales, las que absorbieron sólo el 25% del total de la IED recibida en la región durante el mismo período. La preferencia de las inversiones chinas en las industrias de recursos naturales de la región es coherente con la estructura comercial entre las dos partes, y ésas han formado un refuerzo mutuo, con una consolidación gradual de la estructura comercial y la de inversión. En cuarto lugar, desde la perspectiva del inversionista, desempeñan el papel relevante las grandes empresas estatales chinas, y la participación e inversión de las empresas privadas y las pequeñas y medianas empresas son insuficientes.4Nueva etapa de la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe en el marco de “la Franja y la Ruta”Los problemas tales como el desequilibrio comercial y la estructura irracional de comercio y de inversión que surgieron durante el desarrollo espontáneo de la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe deben ser abordados bajo un nuevo marco estratégico, de lo contrario no será propicio para el desarrollo saludable a largo plazo de la cooperación entre las dos partes. La iniciativa de la Franja y la Ruta aboga por la realización de los “cinco enlaces”, a saber, la comunicación política, la conexión de instalaciones, el comercio libre, la conectividad financiera y el contacto entre personas, con el fin de promover el desarrollo común y equilibrado de todos los países y construir una comunidad de destino de la humanidad a través de la interconexión. La iniciativa de la conectividad comercial, financiera y de las instalaciones proporciona nuevas ideas y caminos para resolver los problemas actuales.4.1Perspectivas en el comercio entre China y América Latina y el Caribe en el marco de “la Franja y la Ruta”Las Perspectivas y Acciones de la Construcción de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, publicada por China en 2015, afirma, al hablar de la conectividad comercial, que “hay que ampliar las áreas comerciales, optimizar la estructura comercial, explorar nuevos puntos de crecimiento en el comercio y promover el equilibrio comercial … hay que discutir activamente con los países que se sitúan a lo largo de la ruta para construir zonas de libre comercio, liberar el potencial de cooperación, y hacer el pastel más grande y mejor.” Los principales problemas que existen en el comercio bilateral son el desequilibrio comercial y la estructura irracional del comercio, y ésta constituye la causa de aquél. De acuerdo con la idea de la conectividad comercial, se puede resolver estos problemas en dos aspectos.4.1.1Ampliar las importaciones chinas desde los países latinoamericanos para promover la balanza comercialEn los últimos años, China ha promovido la iniciativa “la Franja y la Ruta”, ha apoyado la liberalización del comercio y la globalización económica, y ha abierto proactivamente sus mercados al mundo. La primera Exposición Internacional de Importación de China celebrada en Shanghai en 2018 fue una de las prácticas de “la Franja y la Ruta”, que atrajo a más de 1 000 expositores de 58 países. El 26 de abril de 2019, en la inauguración del Segundo Foro de la Cumbre de Cooperación Internacional de “la Franja y la Ruta” en Beijing, el presidente Xi Jinping pronunció un discurso, diciendo que en el futuro, China aumentará las importaciones de bienes y servicios a mayor escala, reducirá aún más los niveles arancelarios, eliminará diversas barreras no arancelarias, mantendrá abiertas las puertas del mercado chino, importará más productos agrícolas, bienes manufacturados y servicios de alta calidad del extranjero, y promoverá el equilibrio comercial. (Xi, 2019) En la actualidad, China se ha convertido en el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe, pero el desequilibrio comercial sigue siendo relativamente evidente. En 2016, China representó el 9,0% de las exportaciones totales y el 18,4% de las importaciones totales de América Latina y el Caribe, mientras que la región representó el 6,4% de las exportaciones totales y el 5,4% de las importaciones totales de China. (World Integrated Trade Solution, 2018) En el futuro, China debería reforzar la cooperación con los países latinoamericanos en materia de aduanas e inspección y cuarentena, y esforzarse por firmar acuerdos de libre comercio con más países de la referida región para promover la facilidad del comercio. La balanza comercial no sólo contribuirá a reducir el déficit comercial de los países latinoamericanos con China y a aumentar el entusiasmo de ellos por promover el comercio bilateral, sino que también ayudará a satisfacer las crecientes necesidades materiales y culturales del pueblo chino y a acrecentar las posibilidades de elección y el bienestar de los consumidores.4.1.2Optimizar la estructura comercial y promover la diversificación del comercioLa optimización de la estructura comercial puede promover eficazmente la balanza comercial entre China y América Latina y el Caribe. La primera forma es ampliar las importaciones chinas de productos no tradicionales de la región, especialmente de los agrícolas y alimenticios procesados. La reforma estructural por el lado de la oferta y la modernización y el ajuste industrial de China proporcionarán un mercado incremental para América Latina y el Caribe. Además, el cambio del impulso económico de China hacia el consumo proporcionará nuevas oportunidades para los productos agrícolas de la región. (Yue, 2018) En China, la rápida industrialización, la urbanización, la expansión de la clase media, los cambios demográficos y de los estilos de vida están impulsando la creciente demanda de alimentos, la mejora de la calidad de la dieta y nuevas preferencias de los consumidores, que se preocupan cada vez más por la variedad de alimentos, la comodidad, la calidad y la seguridad alimentaria. Con unas condiciones climáticas ventajosas y una importante biodiversidad, América Latina y el Caribe tiene una ventaja comparativa en el ámbito de los alimentos verdes y orgánicos de alta calidad, y los países de la región deberían aprovechar esta circunstancia para exportar más productos de alto valor añadido. En este sentido, las exportaciones chilenas de frutas y vinos hacia el mercado chino es un ejemplo de éxito. Sin embargo, las barreras arancelarias y no arancelarias de China a la importación de productos agrícolas procesados, los complejos regímenes sanitarios y fitosanitarios y la limitada capacidad de promoción y comercialización de las exportaciones de los países latinoamericanos constituyen obstáculos para el desarrollo de este comercio. China y los países de dicha región deberían trabajar juntos para superar estos obstáculos en el futuro (González, 2019).La segunda forma de optimizar la estructura comercial es promover el crecimiento del comercio de servicios. En la actualidad, el comercio entre China y América Latina y el Caribe está dominado por el de bienes, y el de servicios tiene una participación relativamente menor. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la proporción de las exportaciones latinoamericanas de servicios a China se redujo del 25% del total de las exportaciones a este país en 2000 al 17% en 2011, una proporción inferior a la de las exportaciones de servicios a los países de la UE y a otros países asiáticos (25% y 24%, respectivamente), y menor que la proporción de las exportaciones de servicios con respecto a las exportaciones mundiales (20%) (OCDE/CEPAL/CAF, 2015). Con el cambio tecnológico, el abaratamiento de los costes de transporte y el cambio del modelo de crecimiento de China hacia uno impulsado por el consumo y los servicios, el comercio de servicios entre China y América Latina y el Caribe tiene un gran potencial, con el turismo como una de las áreas clave de crecimiento. “La Franja y Ruta” promueve los intercambios humanos entre países, y el turismo es un vehículo importante para ello. En los últimos años, con el aumento de la renta per cápita de China y la flexibilidad de las políticas, la demanda china de consumo de ocio se ha diversificado y el gasto chino en consumo turístico ha llegado a ocupar el primer lugar en el mundo. Los países latinoamericanos tienen larga historia, espléndida civilización y ricos paisajes naturales y humanísticos, pero los turistas chinos que llegan a la región sólo representan el 1% del total de su turismo emisor, la razón principal de ello no sólo consiste en la distancia, sino también en la barrera del idioma, la falta de conocimiento y la insuficiencia de marketing. Para aprovechar mejor el mercado chino, las instituciones turísticas de América Latina y el Caribe deben prestar más atención a la promoción del mercado, promover la facilitación de los procedimientos de visado, hacer hincapié en la protección del consumidor, desarrollar cooperaciones público-privadas, y perfeccionar las plataformas móviles y los pagos sin efectivo, que son valorados por los chinos.La tercera forma de optimizar la estructura comercial es promover el comercio electrónico, que en el siglo XXI ha cambiado rápida y profundamente la forma en que se realiza el comercio en todo el mundo, haciéndolo más eficiente, diversificado e internacionalizado, al tiempo que beneficia al desarrollo de las pequeñas, medianas y microempresas, de las zonas remotas y de los grupos de bajos ingresos, promoviendo la cooperación económica en la dirección de la apertura, la inclusión y el carácter integrador. “La Franja y Ruta” aboga por una conectividad del comercio y las instalaciones, y el comercio electrónico es un importante eslabón que conecta el comercio y la infraestructura de la información. Las plataformas chinas de comercio electrónico como Tmall han establecido varios centros de abastecimiento en Asia, América del Norte, Europa y Oceanía. Las compras transfronterizas en línea representaron el 7% de las importaciones totales de China en 2018, y el valor del mercado del comercio electrónico transfronterizo de China alcanzó los 157 000 millones de dólares en 2020. Sin embargo, este tipo de comercio entre China y América Latina y el Caribe es todavía muy limitado, en gran parte debido al lento desarrollo de este campo en la región. El 36% de las empresas latinoamericanas no tienen experiencia en ventas en línea, y las otras que la tienen rara vez participan en el comercio transfronterizo. En el futuro, los países latinoamericanos deberían mejorar la administración de los pagos electrónicos, simplificar los procedimientos aduaneros, reforzar la ciberseguridad y la protección de los derechos de los consumidores, así como animar a sus empresas a ampliar el comercio internacional a través del comercio electrónico. Además, deberían reforzar la construcción de infraestructuras de información, mejorar la logística y potenciar la cooperación con las plataformas chinas de comercio electrónico. En estos ámbitos, las empresas chinas tienen un amplio margen de actuación en América Latina y el Caribe.4.2Perspectivas en la inversión de China en América Latina y el Caribe en el marco de “la Franja y la Ruta”Los principales problemas que se enfrentan en la inversión de China en América Latina y el Caribe consisten en la estructura irracional, el desequilibrio geográfico y la concentración de inversores. Después de que los países latinoamericanos hubieran sido invitados oficialmente a la iniciativa de “la Franja y la Ruta” en 2018, se han notado algunos cambios positivos. En primer lugar, ha mejorado la estructura de la inversión directa de China en la región. De 2000 a 2018, un promedio anual del 60,02% de esa inversión se concentraba en industrias de materias primas como el petróleo y la minería, mientras que la proporción se redujo al 53,39% en 2018. En segundo lugar, han empezado a diversificarse los países de destino de inversión. Brasil y Argentina, los dos países que solían recibir más inversión directa china en la región experimentaron un descenso en la participación en 2018, mientras que Perú y Chile empezaron a jugar un papel más importante, al recibir respectivamente el 63,03% y el 16,31% del total de la inversión directa china en la región en el mismo año. En tercer lugar, la estructura de inversores ha cambiado significativamente. De 2010 a 2018, un promedio anual del 70,2% de la inversión directa china en América Latina y el Caribe provenía de empresas estatales, mientras que la proporción fue de solo el 6,3% en 2018. La inversión de la empresa privada Tianqi Lithium de la provincia de Sichuan representó el 50,2% del total de la inversión directa china en la región del mismo año y ocupó el 23,1% del empleo creado por la inversión china. De 2017 a 2018, También sacaron buenas notas el automóvil Jianghuai, el viñedo Zhangyu, la microfinanciación Mayi, el automóvil Yanfeng y la destilería Yanghe (Dussel Peters, 2019). Con el trazado integral de la estrategia “la Franja y la Ruta” en América Latina y el Caribe en el futuro, la inversión de China en la región seguirá desarrollándose en una dirección razonable y sostenible.4.2.1Mejorar la estructura de la inversión directa de China en América Latina y el Caribe a través de la conectividad financieraDesde la introducción de la iniciativa “la Franja y la Ruta”, China y América Latina y el Caribe han alcanzado logros fructíferos en la cooperación financiera. En septiembre de 2015, el Banco Popular de China, la Administración Estatal de Divisas y el Banco de Desarrollo de China establecieron el Fondo de Inversión de Cooperación Productiva China-América Latina y el Caribe para la inversión en manufactura, industria de alta tecnología, agricultura, energía y minerales, infraestructura y cooperación financiera. En mayo de 2017, se puso en movimiento oficialmente el Fondo de Cooperación para la Ampliación de la Capacidad Productiva China-Brasil. Todos estos fondos se centrarán en la inversión no tradicional de China en América Latina y el Caribe (Jiang, 2018).Con el apoyo financiero, China debería mejorar primero la estructura de su inversión directa en la región, a través de aumentar su inversión en la industria manufacturera. Desde la década de 1980, América Latina y el Caribe ha experimentado una tendencia a la “desindustrialización”, ya que la participación de la industria manufacturera en el PIB ha caído del 25% al 12,4% entre 1980 y 2017. El desequilibrio en la estructura industrial ha llevado a la baja participación de la región en la cadena de valor industrial global, por lo que los países de la región tienen un fuerte deseo de modernización industrial y revitalización de la industria manufacturera. Actualmente, China está comprometida con la transformación en una potencia manufacturera, y ha publicado el plan “Fabricación de China 2025”. En el ámbito internacional, China viene fortaleciendo la cooperación con los países a lo largo de “la Franja y Ruta” para ayudarles a establecer sus propios sistemas industriales. Las empresas chinas pueden aprovechar las políticas de financiación de “la Franja y la Ruta” para aumentar la inversión en la industria manufacturera latinoamericana, lo cual es beneficioso para ambas partes: por el lado de China, esta inversión puede promover la cooperación internacional en la industria manufacturera del país asiático; por el lado de América Latina y el Caribe, puede promover la reindustrialización y el desarrollo de la industria de servicios moderna, mejorar el nivel tecnológico y la capacidad de innovación, fortalecer la integración con la región de Asia-Pacífico, y ayudar a los países de la región a integrarse profundamente en la cadena de valor global, lo cual está en línea con sus aspiraciones y aumentará su entusiasmo de cooperación.Con el apoyo financiero, China también debería promover el equilibrio geográfico de la inversión explorando nuevos destinos y, al mismo tiempo, impulsar la diversificación de los inversores animando a más empresas privadas, especialmente a las PYME, a desarrollar sus operaciones en la región. En El Plan de Acción Común para la Cooperación entre China y los países de América Latina y el Caribe (áreas prioritarias) (2019–2021) se destacan los intercambios y la cooperación entre las PYME de ambas partes, la participación de las empresas en exposiciones y ferias organizadas por la otra parte, y la creación de condiciones favorables para la internacionalización de las PYME.4.2.2Mejorar la estructura de la inversión directa de China en América Latina y el Caribe a través de la conectividad de las instalacionesLa conectividad de las instalaciones es el foco y el área prioritaria para la construcción de “la Franja y la Ruta”. China cuenta con las ventajas de la tecnología, de los talentos y el capital en el campo de las infraestructuras, y puede promover la “salida al exterior” de las industrias chinas a través de la inversión en la construcción de infraestructuras en el extranjero, y después formar clusters de servicios industriales y corredores económicos para el desarrollo integrado de la construcción, la metalurgia, la energía, las finanzas, las comunicaciones, la logística y el turismo a través de los efectos de aglomeración y radiación industrial. Las infraestructuras de América Latina y el Caribe están atrasadas en comparación con las de la OCDE y de las economías emergentes de Asia, y los costes logísticos del comercio son elevados. Por lo tanto, los países latinoamericanos tienen un fuerte deseo de mejorar sus infraestructuras. En el siglo XXI, China ha mantenido una buena cooperación con ellos en el ámbito de las carreteras, la electricidad, la energía y otras infraestructuras. En el futuro, China debería reforzar aún más la cooperación con ellos en las seis áreas clave de la conectividad de las instalaciones de “la Franja y la Ruta”, a saber, el transporte terrestre, el mecanismo de transporte internacional, la logística marítima, la logística aérea, los corredores de energía y las redes de información, y realizar la inversión a través de la cooperación entre los sectores públicos y privados (PPP) y del modelo de construcción-operación-transferencia (BOT). Esto sin duda mejorará efectivamente la estructura de la inversión directa de China en América Latina y el Caribe, y al mismo tiempo ayudará a reducir los costos de logística en la región y promoverá el desarrollo del comercio entre ambas partes.El desarrollo de infraestructuras también puede contribuir a la integración regional de América Latina y el Caribe y promover la cooperación económica y comercial interregional con el resto del mundo. Sin embargo, dado que la construcción de infraestructuras se caracteriza por una gran cantidad de inversión de capital, un largo período de construcción, un gran impacto en el medio ambiente y un gran número de partes implicadas en los intereses, es necesario realizar un estudio completo sobre la viabilidad y la rentabilidad antes de invertir, para evitar como es posible los riesgos políticos y económicos.5ConclusionesEn la era de la globalización, la cooperación económica y comercial entre China y América Latina y el Caribe responde a los intereses comunes de ambas partes. Sin embargo, en los últimos años se han puesto de manifiesto unos problemas tales como el desequilibrio del comercio y la estructura irracional del comercio y de la inversión, los cuales no favorecen al desarrollo sostenible de la cooperación.En la compleja situación política y económica mundial, China planteó la iniciativa “la Franja y la Ruta”, cuya extensión a América Latina y el Caribe ha sido bien recibida. Esta iniciativa puede promover una cooperación más profunda entre China y la región en su conjunto, así como impulsar la integración entre la región y Asia. Tanto China como los países latinoamericanos deben resolver eficazmente los problemas encontrados en el comercio y la inversión y fortalecer la conectividad comercial, financiera y de instalaciones. Concretamente, en el ámbito del comercio, debemos ampliar las importaciones chinas desde la región para promover la balanza comercial, optimizar la estructura comercial para favorecer la diversificación del comercio; en el campo de la inversión, hay que mejorar la estructura de la inversión directa de China en América Latina y el Caribe a través de la conectividad financiera y de instalaciones. Así, crearemos un mejor futuro para la cooperación económica sino-latinoamericana.

Journal

Interacción Sino-Iberoamericana/Sino-Iberoamerican Interactionde Gruyter

Published: Sep 1, 2022

Keywords: “La Franja y la Ruta”; América Latina y el Caribe; comercio; inversión; “Belt and Road”; Latin America and the Caribbean; trade; investment

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